Se veía venir y así ha sido. Todo ha salido conforme a lo previsto, tanto en la organización como en la ejecución y el tiempo.
Para el día 28 de febrero se tenía programado realizar la primera marcha de ultrafondo que como sabéis se les denomina Brevet ya que es una marca registrada por los franceses y que son pruebas homologables y obligatorias para poder participar en la prueba por excelencia del ultrafondo mundial que es la Paris – Brest – Paris y así ha sucedido. A las siete de la mañana la organización estaba dispuesta en su lugar de concentración a fin de entregar los carnets de ruta que una vez sellados en los controles preestablecidos vale para homologar la prueba.
A partir de las siete y media fueron llegando al bar Escala los primeros participantes, se temía que algunos la lluvia que a partir de las 6 estaba cayendo (poca pero continua) les iba a desanimar y la participación decayera un poco, pero no ha sido así. El espíritu Randonneur ha imperado y como se suele decir SI LLUEVE --- NOS MOJAMOS, otra cosa hubiera sido si además de lluvia hubiera habido viento que afortunadamente no ha sido así.
Café va, café viene, saludos de rigor los conocidos, presentaciones, inscripciones de última hora (que nunca faltan) y llega la hora prevista para la salida, las 08:30, con fotografía para el recuerdo e ilustrar alguna publicación y como se suele decir ¡¡A POR ELLA !!. despacito al principio nos encaminamos dirección a Arquillos, un recuento al salir de Linares por si alguno se había despistado y efectivamente faltaban 7 componentes que no es que se habían perdido sino que se habían quedado en la salida para esperar a uno que se le había hecho tarde y que ya estaba preinscrito. Como llegó dentro del horario previsto de cierre de control pues sin problemas ¡¡ A POR ELLA !! , ya estábamos los 34 que iniciamos y terminamos la Brevet.
Al principio pues como ya digo despacito agrupados y con lluvia que dificultaba ir a rueda porque salpicaba mucho, pero en cuanto llegamos a la Española que los cuerpos se iban calentando y se empezó a sudar, pues cada uno más o menos se fue adaptando a un grupo y nos fuimos disgregando, SIN PRISA PERO SIN PAUSA, como debe ser. Llegamos al primer control, Santisteban del Puerto, sellado de los carnet de ruta sin problemas, algunos re-desayunamos otra vez y en marcha, la lluvia parecía que quería dejar de caer y así fue, en Castellar de Santisteban ya no llovía y así se mantuvo hasta La Puerta de Segura que era el siguiente control; sellamos nuevamente y avituallamos, bueno lo de avituallar es un decir, aquí en este tipo de pruebas el avituallamiento se compone normalmente de bocata y cerveza o refresco.
En la Pizzería Capricho empezamos a pedir bocadillos y cerveza, pero cuando nos dimos cuenta que un bocadillo se trataba de una barra entera con su correspondientes ingredientes (lomo, jamos y queso, tortilla francesa, etc.), además de la tapa correspondiente del cervezómetro pues empezamos a compartir y a pedir medios bocadillos que ya estaban bien apañados.
Comentarios de cómo vas, joher, menos mal que ha dejado de llover, se queda uno helado con la lluvia, no se puede parar uno mucho porque luego cuesta arrancar, etc. iban y venían por las mesas y barra de la pizzería hasta que se decidió cada uno con el grupo que había llegado y por libre claro emprender el regreso a Linares. Ya llevábamos aquí 102 km. y lo peor estaba por llegar. Casi todos (al menos los que no habían hecho nunca el recorrido) se acordaban que habían bajado una cuesta de 5 km., la de Sorihuela, pero sin problemas, con mucho ánimo y más ilusión en camino otra vez.
A la altura de Puente Génave vuelve a aparecer la lluvia, ahora con un poco mas de intensidad que a la ida, dificultaba bastante el salpiqueo de la rueda del compañero de delante, enseguida formamos un grupo de unos 10 que alguien dijo a revelos en la paleta kilométrica (eso quiere decir que a relevos de un 1 cuando llegue el punto kilométrico). Todos sin rechistar asumimos la sugerencia y cada cual cogía la cabeza MANTENIENDO EL RITMO en la tablilla que marcaba el punto km., pin pan agustísimo (dentro de lo que cabe por las salpicaduras) los kilómetros iban cayendo como moscas, el cuenta kilómetros no bajaba de 35 km/h hasta que vino lo que todo el mundo comentaba en La Puerta de Segura, la cuesta de Sorihuela del Guadalimar. Pues nada cada uno a su ritmo se fue subiendo y al final cayó (como no podía ser menos). La mayor dificultad se había pasado sin problemas y esto era “pan comido”, aunque quedaban todavía 60 km.
Paramos algunos en la fuente romana de Castellar a llenar los botes de agua, dejó de llover, lo que suponía una gran mejora sobre todo en la comodidad y seguridad y al tran tran llegamos a Linares, no sin antes decir que algún grupillo que otro más inexperto al final fue cayendo porque así lo mandan las normas en este tipo de pruebas, SABER REGULAR Y CONOCERTE ES LA MEJOR ARMA Y EL MEJOR ALIADO.
Hacia las 5 de la tarde llegamos (el grupo que iba yo), algunos ya habían llegado y otros iban llegando poco a poco hasta las 18:40 que llegó el último grupo, aquel que había salido más de media hora más tarde por esperar a uno y que como es lógico ese tiempo va contando a lo largo del recorrido, pero sin problemas, todos dentro del horario previsto (el cierre de control estaba a las 21:50 horas) con lo que objetivo cumplido, plena satisfacción especialmente para aquellos que salieron con dudas de si podían o no podían y al final ¡¡¡SE PUDO!!!
ENHORABUENA A TODOS
Tengo que decir que entre los 34 participantes hubo gente de muchos sitios de la geografía española (catalanes, valencianos, madrileños, manchegos, murcianos, y en mayor número andaluces de varias provincias (malagueños, almerienses, granaínos siendo el mayor numero jiennenses y dentro de estos linarenses que fuimos 8), y tengo que hacer especial mención al Sr. Francesc Porta, representante del Audax Club Parisien en España y el jefe de todo este cotarro de brevet, al Sr. José Mª Campos, organizador de la Madrid – Gijón – Madrid, al Sr. José Mª Benayas, organizador de la Flecha Ibérica y al Club Natación Cástulo que como club más numeroso merece una especial mención por eso y por la valentía y entusiasmo que demostraron que aún no habiendo hecho nunca una distancia tan larga se atrevieron en bloque y creo que la experiencia fue EXTRAORDINARIA.
Para el día 28 de febrero se tenía programado realizar la primera marcha de ultrafondo que como sabéis se les denomina Brevet ya que es una marca registrada por los franceses y que son pruebas homologables y obligatorias para poder participar en la prueba por excelencia del ultrafondo mundial que es la Paris – Brest – Paris y así ha sucedido. A las siete de la mañana la organización estaba dispuesta en su lugar de concentración a fin de entregar los carnets de ruta que una vez sellados en los controles preestablecidos vale para homologar la prueba.
A partir de las siete y media fueron llegando al bar Escala los primeros participantes, se temía que algunos la lluvia que a partir de las 6 estaba cayendo (poca pero continua) les iba a desanimar y la participación decayera un poco, pero no ha sido así. El espíritu Randonneur ha imperado y como se suele decir SI LLUEVE --- NOS MOJAMOS, otra cosa hubiera sido si además de lluvia hubiera habido viento que afortunadamente no ha sido así.
Café va, café viene, saludos de rigor los conocidos, presentaciones, inscripciones de última hora (que nunca faltan) y llega la hora prevista para la salida, las 08:30, con fotografía para el recuerdo e ilustrar alguna publicación y como se suele decir ¡¡A POR ELLA !!. despacito al principio nos encaminamos dirección a Arquillos, un recuento al salir de Linares por si alguno se había despistado y efectivamente faltaban 7 componentes que no es que se habían perdido sino que se habían quedado en la salida para esperar a uno que se le había hecho tarde y que ya estaba preinscrito. Como llegó dentro del horario previsto de cierre de control pues sin problemas ¡¡ A POR ELLA !! , ya estábamos los 34 que iniciamos y terminamos la Brevet.
Al principio pues como ya digo despacito agrupados y con lluvia que dificultaba ir a rueda porque salpicaba mucho, pero en cuanto llegamos a la Española que los cuerpos se iban calentando y se empezó a sudar, pues cada uno más o menos se fue adaptando a un grupo y nos fuimos disgregando, SIN PRISA PERO SIN PAUSA, como debe ser. Llegamos al primer control, Santisteban del Puerto, sellado de los carnet de ruta sin problemas, algunos re-desayunamos otra vez y en marcha, la lluvia parecía que quería dejar de caer y así fue, en Castellar de Santisteban ya no llovía y así se mantuvo hasta La Puerta de Segura que era el siguiente control; sellamos nuevamente y avituallamos, bueno lo de avituallar es un decir, aquí en este tipo de pruebas el avituallamiento se compone normalmente de bocata y cerveza o refresco.
En la Pizzería Capricho empezamos a pedir bocadillos y cerveza, pero cuando nos dimos cuenta que un bocadillo se trataba de una barra entera con su correspondientes ingredientes (lomo, jamos y queso, tortilla francesa, etc.), además de la tapa correspondiente del cervezómetro pues empezamos a compartir y a pedir medios bocadillos que ya estaban bien apañados.
Comentarios de cómo vas, joher, menos mal que ha dejado de llover, se queda uno helado con la lluvia, no se puede parar uno mucho porque luego cuesta arrancar, etc. iban y venían por las mesas y barra de la pizzería hasta que se decidió cada uno con el grupo que había llegado y por libre claro emprender el regreso a Linares. Ya llevábamos aquí 102 km. y lo peor estaba por llegar. Casi todos (al menos los que no habían hecho nunca el recorrido) se acordaban que habían bajado una cuesta de 5 km., la de Sorihuela, pero sin problemas, con mucho ánimo y más ilusión en camino otra vez.
A la altura de Puente Génave vuelve a aparecer la lluvia, ahora con un poco mas de intensidad que a la ida, dificultaba bastante el salpiqueo de la rueda del compañero de delante, enseguida formamos un grupo de unos 10 que alguien dijo a revelos en la paleta kilométrica (eso quiere decir que a relevos de un 1 cuando llegue el punto kilométrico). Todos sin rechistar asumimos la sugerencia y cada cual cogía la cabeza MANTENIENDO EL RITMO en la tablilla que marcaba el punto km., pin pan agustísimo (dentro de lo que cabe por las salpicaduras) los kilómetros iban cayendo como moscas, el cuenta kilómetros no bajaba de 35 km/h hasta que vino lo que todo el mundo comentaba en La Puerta de Segura, la cuesta de Sorihuela del Guadalimar. Pues nada cada uno a su ritmo se fue subiendo y al final cayó (como no podía ser menos). La mayor dificultad se había pasado sin problemas y esto era “pan comido”, aunque quedaban todavía 60 km.
Paramos algunos en la fuente romana de Castellar a llenar los botes de agua, dejó de llover, lo que suponía una gran mejora sobre todo en la comodidad y seguridad y al tran tran llegamos a Linares, no sin antes decir que algún grupillo que otro más inexperto al final fue cayendo porque así lo mandan las normas en este tipo de pruebas, SABER REGULAR Y CONOCERTE ES LA MEJOR ARMA Y EL MEJOR ALIADO.
Hacia las 5 de la tarde llegamos (el grupo que iba yo), algunos ya habían llegado y otros iban llegando poco a poco hasta las 18:40 que llegó el último grupo, aquel que había salido más de media hora más tarde por esperar a uno y que como es lógico ese tiempo va contando a lo largo del recorrido, pero sin problemas, todos dentro del horario previsto (el cierre de control estaba a las 21:50 horas) con lo que objetivo cumplido, plena satisfacción especialmente para aquellos que salieron con dudas de si podían o no podían y al final ¡¡¡SE PUDO!!!
ENHORABUENA A TODOS
Tengo que decir que entre los 34 participantes hubo gente de muchos sitios de la geografía española (catalanes, valencianos, madrileños, manchegos, murcianos, y en mayor número andaluces de varias provincias (malagueños, almerienses, granaínos siendo el mayor numero jiennenses y dentro de estos linarenses que fuimos 8), y tengo que hacer especial mención al Sr. Francesc Porta, representante del Audax Club Parisien en España y el jefe de todo este cotarro de brevet, al Sr. José Mª Campos, organizador de la Madrid – Gijón – Madrid, al Sr. José Mª Benayas, organizador de la Flecha Ibérica y al Club Natación Cástulo que como club más numeroso merece una especial mención por eso y por la valentía y entusiasmo que demostraron que aún no habiendo hecho nunca una distancia tan larga se atrevieron en bloque y creo que la experiencia fue EXTRAORDINARIA.
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