300 km. de Yepes y la Subida a la Pandera 2008
Se puede llamar como se quiera, se me ha ocurrido esta como podría ser cualquiera.
Tenía en mi mente hacer si podía un 300 como colofón a mi andadura en el ultra-fondo y llegó el día 31 de mayo y una prueba programada en Yepes (Toledo), pues allá que me encamino no sin las críticas de familiares, amigos y conocidos por las previsiones del tiempo que había. Pero a mi me parieron así y así tendré que morir, pese a todo y todos me dirigí a Yepes y a las 7 de la mañana estaba junto con otros 6 locos (entre ellos mi amigo Alfredo) dispuestos a aguantar lo que se avecinaba.
Primero con el viento en contra (flojo), fresquito y fresquitos nosotros, íbamos viendo multitud de conejos y perdices que por estos lares abundan, lo que nos alegraba un poco la vista. Muy pronto uno de los componentes se fue quedando sin remisión a pesar de que el ritmo no era muy grande, pero si seguro y después de esperarlo varias veces pues la vida es como es y continuamos 5. Enseguida empezamos a hacer la cadena para pasar a relevos de a dos cada km. para ir charlando pero con paso firme, muy ordenados y pendientes de lo que teníamos que hacer.
Llega en primer control en el Molinillo (km. 85) y allí nos apretamos entre pecho y espalda una tortilla de papas con un buen cervezorro (o dos), sellamos el carnet de ruta y pues en polvorosa camino de Horcajo de los Montes.
Empezamos a atravesar el Parque Natural de Cabañeros, precioso, muy bien cuidado, carreteras con poco tráfico, bien de asfalto y con vistas preciosas; pasamos el puerto del Espinazo sin muchas dificultades y al llegar a Horcajo de los Montes que era el 2º control, nos cayó un aguacero con granizo incorporado que nos puso a tono de lo que íbamos a tener a partir de ahora. Sellamos, comimos un poco, bebimos y en marcha otra vez. Ya no nos abandonó la lluvia prácticamente hasta a unos 100 km. de la llegada.
Llegamos a Pueblo nuevo del Bullaque, allí hicimos una parada para comer a mesa y mantel, y menos mal que paramos allí, porque estando comiendo veíamos por la ventana la que estaba cayendo fuera, no obstante como no sabíamos cuando iba a escampar salimos nuevamente lloviendo aunque a la media hora aproximadamente dejó de llover para que apareciera el sol para alumbrarnos en las subidas de los puertos Caracuel, y del Comendador, no muy complicados de subir pero subir al fin y al cabo.
10 km. de viento lateral que era peligroso y complicado. Todo más fácil pero a la vez más difícil, porque quedamos dos para trabajar. Uno porque parecía que tenía prisa a pesar de que por una avería que él tuvo nos paramos todos a ayudarle y luego decidió irse sólo. Otro que como no podía iba mas lento y otro que como parecía que no podía decidió no colaborar. En fin que nos encontramos Alfredo y yo para llegar a Yepes lo más pronto posible, que luego teníamos que hacernos 300 km,. en coche y no era plan de que se nos hiciera demasiado tarde.
Los datos que marcan en el GPS Garmin Forenunmber 205 son los siguientes:
Hora de salida 07:18
Hora de llegada: 19:40
Distancia: 293 km.
Tiempo montado: 10 horas 2 minutos
Velocidad media: 29.3 km/h
Tiempo total: 12 horas 22 minutos
Coche para Linares y a las 11 y media mas o menos en casa para cenar, ducha y cama.
Bueno hasta aquí todo mas o menos dentro de la normalidad y se puede considerar mas o menos locura, pero dentro de unos límites admisibles, lo que sucedió a partir de ahora es lo que me he atrevido a llamar locura en cadena que es lo que yo creo que fue.
Suena el despertador a las 5:45 y levántate para participar (si se podía) en la VI RUTA CICLOTURISTA “ASCENSO A LA PANDERA”. A las 7 de la mañana camino de los Villares para realizar la entrega de dorsales y la verdad es que mi intención era hacer lo que buenamente pudiera pero de subir a la Pandera nati de nati salvo que me encontrara muy bien.

Bueno pues con los horarios previstos cumplidos, emprendemos la marcha, piernas cargadillas al principio y que una vez que se iban calentando se encontraban mejor, pero sabiendo lo que quedaban no las tenía todas consigo.
Llegamos a Martos, Fuensanta de Martos y Castillo de Locubín que me costó Dios y ayuda para subir esas rampas que el GPS marcaba como del 23% aunque no muy larga. Avituallamiento y nuevamente en marcha empezando a subir el puerto de Castillo de Locubín al tran tran y bajando hasta Valdepeñas de Jaén donde empezaba la subida a la Pandera haciendo un descanso o parada de reagrupamiento en las puertas de la misma para dar la salida del tramo libre.
Empezamos a subir la Pandera y como el que no quiere la cosa y con un poco menos esfuerzo del que en principio creía (teniendo que pararme 2 veces para relajar músculos) me encontré arriba del todo, con un frío que hacía de miedo.
No me lo podía creer. Si a mi me hubieran dicho hace un mes esto, o incluso el día anterior no me lo hubiera creído. Pero es así de cierto.
A la marcha de la Pandera fuimos 3 del Club Ciclista Cástulo (Urbita, Villa y yo), de la Peña La Florida fueron Gabriel Cazalilla, Esteban, Manolo Lucena y Gabriel Cazalilla que por cierto gano el tramo libre con un tiempo de 33 minutos, y podría haber hecho menos si hubiera tenido alguna mas competencia, desde aquí mi ENHORABUENA.
Si os fijáis en el perfil, esta marcha cicloturista a pesar de ser eso una marcha cicloturista es algo fuera de lo normal. Tiene 109 km, pero sin embargo tiene un grado de dificultad superior a la marcha brevet de 300 km.. Yo siempre digo que esta subida a la Pandera es inhumana, al menos es mi opinión como cicloturista.
Después de la marcha la organización nos agasajó con una suculenta comida y bebida a gogó en el hotel de Los Villares donde fue la entrega de trofeos siendo nuestro compañero y amigo Manuel Urbita Molina acreedor al trofeo del participante federado mas veterano que subió a la Pandera.
¡¡ ENHORABUENA !!
No hay comentarios:
Publicar un comentario